Comenzamos con lo más obvio y necesario, la tabla de surf. Antes de empezar a surfear necesitas la tabla que mejor se adapte a tu nivel. Por lo tanto, si eres principiante te recomendamos escoger una tabla tipo longboard. Estas son ideales para espumas y olas pequeñas. Además, otra de las ventajas de estas tablas es la facilidad para remar y ponerse de pie. Además, una vez vayas evolucionando podrás escoger otra que se adapte a tu progreso.
Otro de los materiales imprescindible para hacer surf, es el leash, también conocido como ‘invento’ y ‘amarradera’ en Canarias. Se trata de una cuerda que conecta la tabla con el surfista. De esta forma, evitarás perder la tabla cada vez que venga un ola. Sin embargo, la función más importante del leash es mantenerte a salvo. Perder la tabla puede ser un gran problema para tu seguridad. El leash es tu “salvavidas”. En el surf, el invento se coloca en el tobillo de la pierna que pones detrás al levantarte.
Las quillas son las ‘aletas’ de tu tabla de surf. Gracias a ellas tu tabla puede agarrarse a la ola y además te ayuda a maniobrar con ella. Aunque generalmente las tablas de surf tienen tres quillas, esto puede variar según el tipo de surf que realices, desde una quilla a cinco. Además, no todas las quillas son iguales. Es uno de los materiales del surf más curiosos ya que según su forma, altura, perfil, talla y flexión puede variar mucho cómo se mueva tu tabla.